Una gran parte de la historia de la humanidad es aquella de habitar lugares. Hemos construido nuestra cultura a través de estructuras y espacios que nos permiten vivir y funcionar a medida que vamos transformando y disfrutando del paisaje que nos rodea, sitios que inevitablemente coexisten con otros elementos que se funden y cambian estos escenarios de tradición: el tiempo y su efecto gradual, el relevo del poder político y las realidades económicas. El resultado, una transformación de todo aquello que ha sido edificado, una situación que da campo para diversas interpretaciones.
La fotografía ha sido por muchos años una herramienta moderna que busca responder muchos de los interrogantes que surgen con esta urbanización total o parcial: ciudades, carreteras, transporte y por supuesto, la cultura. Los fotógrafos han documentado, resaltado y subrayado, a través de distintas perspectivas, el sentido de de ser que llega al tratar de responder a estos interrogantes a través de la estética y el dialogo interno.
Stephen Shore es uno de los fotógrafos contemporáneos que parece haber hecho todas las preguntas correctas, y que ha encontrado en el proceso las respuestas más consistentes con respecto a los lugares que describen cultura, en su caso, la cultura Norte Americana. Sus imágenes de la serie Lugares poco comunes -Uncommon places – hablan de esas cosas que viven en los límites de la influencia del hombre y el paisaje natural, y lo hacen por medio de un dialogo interior que parece tomar dos caminos: un balance visual estricto y una paleta de color sublime.
Su trabajo de ese periodo ha sido categorizado dentro del movimiento Nueva Fotografía de Color o como el Movimiento de Nuevas Topografías y ha inspirado e influenciado enormemente a la fotografía contemporánea, haciendo que imágenes de todo el mundo muestren una naturaleza más democrática y más deseosas de entender el espacio y la cultura a través del lente. Con la exposición, Topografías del Sur, Galería MÜ toma inspiración del trabajo de Shore a la vez que le rinde homenaje a su trabajo introduciendo un nuevo lugar poco común, la ciudad de Bogotá. Tres fotógrafos colombianos exhibirán trabajos que comparten el mismo aire de Shore, pero que a la vez hablan de otro tipo de cultura, una estructura diferente dentro de la historia.